Al filo de la medianoche de este primer fin de semana de septiembre, hinco el diente a esta entrada que debería haber visto la luz el pasado viernes. Se anuncian tiempos difíciles desde hace meses, así que no viene mal de vez en cuando pararse, tomar perspectiva y echar la vista al mes de agosto, pero no al que acabamos de dejar atrás, sino al de hace doce meses.

• Grecia no es España, pensábamos hace no tanto tiempo, momentos en que reportajes como Deudocracia veían la luz y nos parecían historias de otro mundo. Quizás los trenes que nos traía Nieves han sido más rápidos de lo que nunca imaginamos.
• Y es que no podemos olvidarnos que vivimos en un mundo en el que no tod@s compartimos los mismos privilegios.
• Lejos de ser el mes de la marmota el pasado mes de agosto se convirtió en un mes de muchísima emoción acumulada, recordaba recientemente que fue época de despedidas, de encuentros en la red que más adelante tendrían su reflejo en la vida real. Pero tiñendo todas esas emociones la de una ilusión convertida en proyecto que días después se convertiría en realidad contante y sonante.
• Así que, qué mejor que terminar este rápido repaso con música, inspirada e inspiradora al igual que la entrada en la que fue publicada: Seres amarillos… como el sol.