Sólo han pasado algo más de 30 días, y ya parecen lejanas en el tiempo las felicitaciones, los buenos deseos y propósitos por el nuevo año. Parece el sino de un mundo y de una blogosfera que fluye implacable e inasequible al cansancio. A veces es necesario pararse, reflexionar y mirar atrás para ver que quizás todo sigue igual o que ya nada es lo mismo. Aquí suelo hacerlo en este espacio que no mira al mes que acabamos de dejar atrás, sino al de hace doce meses. Una retrospectiva, en esta ocasión, muy centrada en lo visual y lo que desde ahí puede despertarse…
- empezaba el año con música que nos recordaba, y nos sigue recordando, cuál es el motor de nuestra actividad; así lo decía en Nada nos para, bailamos por l@s niñ@s:
- si es cierto aquello de que una imagen vale más que mil palabras, voy a rescatar esta publicada en De sueños e ilusiones; si es cierto, decía, cualquier comentario añadido sobra en estos momentos:
- Como tampoco es posible añadir mucho más a lo que ya expresaba esta imagen que publicaba en Miradas, abrazos y recortes:
- Pensad que podéis era una de las ideas recogidas en el vídeo que explicaba la campaña 90 millones en 90 días. Lo recordaba en la entrada Contagiar a personas que no conoces para salvar vidas que ni imgainas, en la que daba cuenta de los resultados de la campaña. Sí, la campaña había finalizado. El espíritu de la misma no…
- Y finalizo con otro vídeo magistralmente acompañado de música elegida por Javier González de Dios para Nuestros prematuros, mucho más que estrellas de cine. Como decía al principio, los resultados de la pasión son evidentes en las cosas que hacemos cuando tenemos claro el motor de nuestra actividad: