¿Eres hombre o mujer? ¿Que preferían tener tus padres? ¿Un niño o una niña? ¿Se hicieron esta pregunta?. Imagina que sí se la hicieron y que la respuesta eres tú, y que no serías tú si la respuesta hubiera sido otra. Y aún más ¿te alimentaron, te cuidaron igual que si tu sexo hubiera sido otro?
Es el comienzo con el que Óscar Zurriaga escribía en Epi y Más su entrada El cambio comienza con una niña hace casi mes y medio, una entrada para guardarse en el archivo de referencias personal, sin duda.
Pero más allá de las claras diferencias marcadas desde el nacimiento y antes del mismo,
más allá de los datos necesarios y de las reflexiones y debates sesudos,
hoy es el momento de compartir esperanzas como lo hacía Óscar en su entrada,
de creer que la fortaleza nace muchas, demasiadas veces, de la debilidad aparente.
Hoy es el día de unirse en un solo clamor a todas esas mujeres (y hombres) del mundo que siguen esforzándose por que la realidad de las mujeres en el mundo sea digna y una…
Gracias por la cita. Y por seguir compartiendo esperanzas
A ti. Si para algo ha de servir la red, fundamentalmente, habrá de ser para compartir emociones y esperanzas.
Un abrazo, 😉
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